ÚLTIMA NAVE A BIZANCIO. SIMÓN BOLÍVAR, INFLUENCIA CLÁSICA EN UN ILUSTRADO DE SU TIEMPO.

Corrían los últimos años del siglo XVIII cuando Bolívar visitó Europa. En España frecuentó círculos de afrancesados ilustrados y está documentado que en el año de 1804 visitó París sin duda visiblemente influenciado por los acontecimientos de la Revolución francesa. Las revoluciones de América del Norte y Francia  como epítome de la obra política de la Ilustración del siglo XVIII influenciaron el pensamiento politicosocial del Libertador. A este respecto se puede apreciar en clausula séptima de su testamento el valor tanto sentimental como intelectual que Bolívar da al libro de Rousseau el “Contrato Social” (1). Libro que había llegado a sus manos como regalo de su amigo el general Wilson y que atesoró entre sus pertenecías más íntimas como prueba de su admiración por esta obra cumbre de la ciencia política.

Montesquieu , Voltaire , Rousseau, Locke desencadenaron las fuerzas teóricas de las que fueron hijas las revoluciones de América y Francia. Pero fue la Revolución Francesa o principalmente sus ejecutores jacobinos Robespierre y Saint-Just los que más influenciaron los futuros modelos políticos de Bolívar. El fin de la Revolución Francesa para estos hombres, como desarrolla Hannah Arendt en  “Sobre la revolución”(2), no era derrocar el antiguo régimen sino restaurar la República. La Republica de Roma como modelo político cumbre de la civilización clásica, como único modelo valido de expresión de  la voluntad popular con sus instituciones de poder, representación y jurisdicción.

Las instituciones políticas de la República de Roma son la influencia necesaria de la Constitución Boliviana de 1826. El Senado, la Cámara de Tribunos, la Cámara de Censores como entender estas instituciones sin la clara influencia romana. Incluso en su loca propuesta de la Presidencia Vitalicia se puede atisbar el influjo de Roma. “El Presidente de la República viene a ser en nuestra Constitución, como el Sol que, firme en su centro, da vida al Universo. Esta suprema Autoridad debe ser perpetua; porque en los sistemas sin jerarquías, se necesita más que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren los Magistrados y los ciudadanos, los hombres y las cosas…” (3). Esta idea nace sin duda del papel del Dictador como institución política romana. Dictador era un cargo político de la República romana, para circunstancias excepcionales, de forma extraordinaria era elegido por los cónsules y ratificado por el Senado mediante un senatus consultum para resolver situaciones graves por disturbios políticos, económicos o situaciones de crisis militares. Esta institución formaba parte  de la estructura política de los romanos y no cabe por tanto ninguna comparación con la acepción que hoy día tiene el concepto al referirse al líder autocrático  de  regímenes dictatoriales. En diferentes ocasiones Bolívar fui instituido como dictador planeando en su ejecución el espíritu que imbuían los romanos a tal magistratura. Como indica Luis Suarez en su “Historia General de América” (4), en 1826 Panamá, entonces Departamento del Istmo, se entregó al Libertador como único capaz de sacar de la crisis que vivía el Departamento al pueblo panameño concediéndole facultades dictatoriales con base en la soberanía del pueblo para hacer cumplir la voluntad de la mayoría.

Pensando siempre en la hermandad de los pueblos americanos diseñó su sueño de libertad, unidad y de grandeza rescatando del mundo clásico  la  Anfictionía de las doce tribus griegas. En la cintura de América y encrucijada del mundo entre mares, el Istmo Panameño dio forma a una congregación de nacionalismos acervados que condenaron al fracaso la obra del Libertador. En las noches de Jamaica (5),  soñó Bolívar con nuestro canal interoceánico y con la fundación de la capital del mundo en sus riveras. La nueva Bizancio, envidia de Constantino.

ESTATUA DE SIMÓN BOLÍVAR EN PANAMÁ

(1) TESTAMENTO DEL LIBERTADOR DE COLOMBIA GENERAL SIMÓN BOLÍVAR

      "7a.-Es mi voluntad que las dos obras que me regaló mí amigo el general Wilson, y que  pertenecieron antes a la Biblioteca de Napoleón, El Contrato Social de Rousseau y el Arte Militar de Monte-Cúculi, se entreguen a la Universidad de Caracas."

(2) Arendt Hannah, Sobre la revolución. Alianza Editorial

(3) PROYECTO DE CONSTITUCIÓN DE BOLIVIA 1826

(4) Suarez Luis, Historia General de España y América.Ediciones Rialp

(5) CARTA DE JAMAICA

     " ¡Acaso solo allí podra fijarse algun dia la Capital de la tierra!; como pretendió constantino [sic] que fuese Bisancio la del antiguo hemisferio. "